Ahora me estoy preguntando cuántos negocios, buenas ideas, iniciativas y demás se me habrán caído a mí y todos, en los escritorios de las Asistentes. Hice no más de seis llamadas y en todas el diálogo empezó por un -nada extraño- "Quién le habla? ¿De qué empresa? ¿De qué ciudad?" hasta proseguir hacia un protocolo casi militar "¿Por qué motivo lo llama? "mi jefe no contesta llamadas sin asunto" ¿me puede anticipar de qué se trata? "no no puedo facilitarle el celular sin permiso de él", etc, etc, etc.
Y ojo, estoy llamando a gente normal! no tengo el roce para estar llamando a nadie de la nobleza, solo debo comunicarme con mis pares en otras empresas, pero a este punto siento que antes de hacer una llamada debo mandar oficio, qué tal! Además estoy impresionada de la gente que "está de viaje" si los cuencanos realmente salieran de viaje como dicen sus asistentes, nuestra ciudad necesitaría el doble de rutas cubiertas!
Finalmente el chasco ocurre cuando digo, "quien le habla es Bernarda Martínez, de ....." y lo peor es que me responden "ahhh disculpe Señora es Usted!" ¿Qué me quiere decir? que a mi asistente si tenía el derecho de maltratarla pero a mí ya no? Sigo creyendo que las mujeres no llegamos más lejos porque en el camino nos encontramos con el mismo género.
Asistente mía, le pido perdón por olvidar el Día de la Secretaria, perdón por pedir 5 llamadas de una sola vez, perdón por bombardearla de mails, por favor regrese pronto de vacaciones, su cargo es demasiado difícil para mí!
0 comentarios:
Publicar un comentario