Querido Papá Noel,
Mi obsequio de Navidad como siempre, no es más que mi sencilla carta escrita desde niña, esta vez con un consejito. Pasa que en tu larga y basta trayectoria obsequiando todo lo inventado, aún no has agarrado experticia suficiente para con las mujeres, situación que ha obligado a los Caballeros, en su desesperación de dar gusto a sus Damas, a recurrir a la malvada frase: "Escoge lo que quieras que yo lo pago".